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Mostrando entradas de junio, 2010

Algo más que un profesor

-“¿Quién ha visto el mar esta mañana?”-, preguntaba al comienzo de cada clase. Transcurridos unos segundos de silencio que nos dejaba de margen para responder, Andrés, nuestro profesor de Literatura, levantaba lentamente la mano, esbozaba una sonrisa y nos contaba si el mar estaba enfurecido o en calma, si su color se asemejaba más al azul turquesa del cielo o si, por el contrario, reflejaba el gris plomizo de las nubes cargadas de lluvia. Poco después, comenzaban unas clases intensas, repletas de explicaciones, lecturas y redacciones. -“No hagáis un comentario de texto al uso. Prefiero que imaginéis que tenéis que escribir una carta al autor. ¿Qué le diríais sobre los personajes? ¿Os gustó la trama principal? ¿Os habéis podido meter en la piel del protagonista en algún momento de la novela?”-. Contagiar entusiasmo y curiosidad por la lectura no es fácil, pero menos aún entre un grupo de adolescentes que sueñan con que se acabe la clase para salir con sus amigos. A pesar de todos los c

Pendientes de un hilo

El sábado pasado estaba haciendo unas compras en un centro comercial de bricolaje. Habíamos elegido los artículos que nos íbamos a llevar y nos aproximábamos a la línea de cajas cuando escuchamos un grito aterrado. -“¡¡AYUDA!!!-, imploraba una voz joven y desgarrada. -“Por favor, AYUDA”-. El eco de sus palabras impuso silencio en varios metros a la redonda y paralizó a las parejas que discutían por el estampado de las cortinas, a los hombres que pedían asesoramiento a los empleados para escoger los tornillos adecuados y los niños que reclamaban un refresco entre sollozos. Hay sonidos que delatan una urgencia extrema, una necesidad imperiosa de auxilio y protección. Alarmados por el tono grave de la joven, varias personas salimos corriendo en su busca sorteando pasillos llenos de grifos, intentando localizar a la chica entre utensilios de baño, estores y edredones. En medio de un pasillo, la joven trataba de sujetar a su madre, que sufría un ataque de epilepsia. Instantes después, vario

Mochileros

Tienen dos familias y dos dormitorios que alternan cada fin de semana. Son viajeros prematuros y han aprendido a vivir desde pequeños con una mochila a la espalda. Los niños de padres divorciados son especialistas en sortear las trincheras y están entrenados para pasar de uno a otro bando llevando propuestas de armisticios, declaraciones de guerra incendiarias o peticiones imposibles y costosas con las que los adultos ponen un precio a la paz. Hay situaciones que, por amor a los hijos y por propio sentido común, deberían estar superadas. Con frecuencia oímos a los padres quejarse de las artimañas de sus “ex”, de la falta de atención del otro progenitor o de la intromisión de las nuevas parejas en la vida de los niños. Mientras tanto, en el fondo de un escenario en los que los padres se sitúan como únicos y sufridores protagonistas, vemos a unos niños condenados a manejarse en la tensión, obligados a actuar como confidentes de las frustraciones de sus padres y siendo testigos de episodi

Heridas de guerra

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-“Miren este mapa”-, nos indicó Anita, nuestra guía turística, a la entrada del centro histórico de Dubrovnik. -“Las marcas negras señalan los lugares que fueron alcanzados por las bombas durante la guerra hace diez años; las señales rojas, los sitios que fueron incendiados. Gran parte de los monumentos que vamos a ver a continuación han sido reconstruidos. Poco a poco nos vamos recuperando”. La mirada de Anita tenía el mismo aspecto que la ciudad: luminosa en el fondo y herida en la superficie. Los edificios guardan memoria de las balas con orificios en la piedra. Las palabras de los supervivientes conservan trozos de metralla y zonas de sombra, retales de historias que necesitan ser reconstruidos con paciencia y voluntad de mirar sólo hacia delante. Dubrovnik es una ciudad que ha perdido, pero que lucha con todas sus fuerzas por recomponerse. Por eso es tan agradable pasear por sus calles y descubrir rincones llenos de plantas, flores, colores y alegría. Dubrovnik es una ciudad hermo