tag:blogger.com,1999:blog-71311287668941033452024-03-19T05:22:04.218-07:00Una noche en AlabamaLa sal de la vida está en las cosas pequeñas. En los gestos pequeños. En las pequeñas heroicidades. En las situaciones, las palabras, los sentimientos y los encuentros que llenan nuestras vidas de sentido. Y de todo eso trata este blog: de rescatar la magia de los pequeños instantes para que sigan brillando en alguna parte del mundo. Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.comBlogger88125tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-2554742033948479042022-01-03T09:23:00.006-08:002022-01-04T05:11:03.659-08:00La magia del momento<p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEibjXoaMVasGBqkOh8Gqrtx-LEhsm4bVdU96kX5HJlPXhO7FBneD3HdwFfHVg8nE_trs2FtZkhrDF8CV7TOs46_TCQ-x0vmw-tJ-YjsINhHzoxHcEoKzTpLTcdKc5WVMEjcjuNccK3uCTR44YOr-uASxRg0NwO8qjPHrmM3Sljpp8VRDdJY1UwbH0qS_w=s800" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEibjXoaMVasGBqkOh8Gqrtx-LEhsm4bVdU96kX5HJlPXhO7FBneD3HdwFfHVg8nE_trs2FtZkhrDF8CV7TOs46_TCQ-x0vmw-tJ-YjsINhHzoxHcEoKzTpLTcdKc5WVMEjcjuNccK3uCTR44YOr-uASxRg0NwO8qjPHrmM3Sljpp8VRDdJY1UwbH0qS_w=s320" width="240" /></a></div>La vida está llena de momentos especiales, pero hay que
saber identificarlos. Basta con permanecer atentos a lo que sucede a nuestro
alrededor, mirar con curiosidad al mundo y estar dispuestos a dejarnos sorprender.
La semana pasada, viví uno de esos momentos. Estaba paseando por la playa
cuando de repente vi a un joven músico caminar con su guitarra sobre un espigón
situado a unos metros de la orilla. Cuando se aproximó al extremo, desenfundó
su guitarra, desplegó un pequeño atril metálico, colocó sus partituras y comenzó
a ensayar su repertorio. Su música se expandía lentamente por aquel lugar
prácticamente desierto, en el que solo se escuchaba el tenue rumor de las olas
y el sonido intermitente de algunas gaviotas que merodeaban sobre la arena y
alzaban el vuelo.</div></span></div></div> <o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El joven tocaba con destreza y emoción, como si el mar
estuviera repleto de un público exigente e invisible. Todo en aquel momento
desprendía calma y armonía: los acordes de la guitarra y la voz del cantante;
el sol generoso de invierno, que se empeñaba en brillar como si fuera
primavera; el mar, imponente y silencioso; y la playa, que permanecía libre de
visitantes y de ruido. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Recuerdo que un día, mientras viajaba en metro al centro de
Londres, me sorprendió el claim de un anuncio que vi en una estación: “¿Inspiración?
Se trata de saber hacia dónde mirar”. Aquella mañana recordé esa frase y me
alegré de haber mirado hacia el espigón y haber esperado a que se fraguara ese
momento. Los instantes especiales generan su propia magia, pero suelen pasar
tan rápido como una estrella fugaz. Y ahí es donde está el reto: en
encontrarlos y vivirlos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ojalá que este nuevo año nos ponga en el camino situaciones
y personas especiales… Y que estemos receptivos para saber disfrutarlos. ¡¡Feliz
2022!!!<o:p></o:p></p><br /><p></p><br />Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-43026204663430656582020-05-25T09:11:00.001-07:002020-05-26T08:24:24.074-07:00Reencuentros <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggrR0jR6ZWUqysqViVdc7pzFysgy32fYqeqIUSGMIhCAH4pXAQsthN5t6YpUpWIHcLttV17C4wELKA_jquUOikZwzuWDgMcV7jd3m8YcAiOIRnfy8nDmYLlYasLOFWkSvBIbbJP6eOayE7/s1600/cheers-839865_1920+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggrR0jR6ZWUqysqViVdc7pzFysgy32fYqeqIUSGMIhCAH4pXAQsthN5t6YpUpWIHcLttV17C4wELKA_jquUOikZwzuWDgMcV7jd3m8YcAiOIRnfy8nDmYLlYasLOFWkSvBIbbJP6eOayE7/s320/cheers-839865_1920+%25281%2529.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Hasta hace poco tiempo, los reencuentros estaban asociados a las escenas más efusivas de las películas románticas, a las letras de ciertas baladas y al célebre anuncio navideño del turrón. Los reencuentros eran el territorio natural de los emigrantes, de las parejas a distancia y de los estudiantes de provincias. La lejanía era un mal poco conocido, un peso en la mochila que cargaban otros a sus espaldas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hasta que llegó el confinamiento e impuso su ley de vida a lo lejos, sus restricciones y sus reglas. Y la experiencia de la distancia se extendió a todos y nos hizo añorar la cercanía con nuestros seres queridos, el calor de los abrazos y la espontaneidad de los besos. Nos llevó a familiarizarnos con las videollamadas, a tachar los días en el calendario como los presos dentro de sus celdas y a esperar cada día con más ganas ese ansiado momento del reencuentro. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Decía ‘El Principito’ que no se valora algo hasta que se pierde y todos hemos comprobado hasta qué punto es verdad esa afirmación. La Fase 1 ha supuesto una verdadera fiesta para muchas familias que ya han podido reencontrarse después de tantos días de espera e incertidumbre, los primeros de una larga lista de reencuentros que se irán completando a medida que aumenten las posibilidades de desplazamientos y las medidas de protección hacia colectivos vulnerables. La distancia nos ha hecho ser más conscientes del valor de la familia y de los amigos, ese grupo incondicional de personas que hacen que nuestras vidas sean más completas, más llevaderas, más divertidas… y mucho mejores. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Brindemos hoy por todos los reencuentros: por los que ya han sido y por los que están por llegar. Que la alegría de volver a ver a nuestros seres queridos ponga color a estos días grises que hemos vivido en las últimas semanas. </div>
<br />
<br />
<br />
<div>
<br /></div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-1599947726678441712020-05-01T02:41:00.001-07:002020-05-01T02:41:44.713-07:00Padres-orquesta en tiempos de confinamiento<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwddM6kRusmHrElN9Wm3NztoLvdYsZpx3I_1pVLNn4NnPXoRFJa8nr_kx-h-riRsTVk5vRf7mpHO-0tt6LCM4eXDHFvaob5PSFObucDAUXO7GgtAJmCjaxBiCFZaDQtT7R0i14ctqogRrK/s1600/ilustracion+confinamiento+copia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="973" data-original-width="1389" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwddM6kRusmHrElN9Wm3NztoLvdYsZpx3I_1pVLNn4NnPXoRFJa8nr_kx-h-riRsTVk5vRf7mpHO-0tt6LCM4eXDHFvaob5PSFObucDAUXO7GgtAJmCjaxBiCFZaDQtT7R0i14ctqogRrK/s320/ilustracion+confinamiento+copia.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ya se ha convertido en una especie de ritual que se repite
todas las mañanas, de lunes a viernes, entre las 09:00 y las 09:15 horas: unos
pequeños <i>beeps</i> en el móvil me avisan de la llegada de nuevos correos en mi
cuenta.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-Buenos días, familias. ¿Qué tal estáis? Os dejamos los
deberes de hoy…-. Y después de este saludo cordial empieza la relación de
tareas: problemas, cuentas, un dictado, dos páginas de ejercicios de Science,
una comprensión lectora, repaso de vocabulario de inglés, un ejercicio de
plástica… Inciso: mi hija mayor tiene 6
años y está en primer curso de Primaria. Prosigo: -Os pasamos también un enlace
a Youtube con una presentación sobre el sistema solar. Y, para finalizar, os
hemos dejado las instrucciones para que grabéis un vídeo con unos ejercicios de
Educación Física en el apartado ‘Tareas’ de la aplicación ‘Teams’-.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ehh… Vale.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mientras imprimo la media docena fichas que han mandado (la
impresora ha sido la compra más útil que hemos realizado en el confinamiento),
abro el mail correspondiente a mi hija pequeña, en primer curso de Educación
Infantil: -Buenos días, papis: Espero que estéis bien (De p. madre, pienso yo).
Aquí van los deberes de hoy…-. Al menos solo son tres fichas, aunque en la
última hay que fabricar y colorear un pulpo con cartulina azul (cartulina no
tenemos… habrá que reciclar el cartón de un rollo de papel y pintarlo con
acuarela). Asumible, teniendo en cuenta que tanto el padre como yo tenemos que
trabajar. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y aquí empieza la multitarea de todos los días: a la par que
estamos trabajando, tenemos que supervisar la realización de deberes, estar
atentos a las conexiones con las clases online de nuestros hijos, resolver
dudas, ayudar cuando no entienden algo, hacer fotos de los deberes una vez
realizados y subirlos a una plataforma para que los profesores los puedan
evaluar… Y todo ello compaginado con las tareas domésticas, la preparación de
comidas y la atención y cuidados que demandan los peques. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En tiempo de confinamiento, los padres de niños pequeños
somos verdaderos hombres y mujeres-orquesta siempre en activo: trabajadores, profesores,
cuidadores, limpiadores, cocineros, animadores… Por eso, cuando vemos en redes
que hay personas que estos días están aprovechando para hacer tutoriales de
yoga, aprender inglés a través de un curso online, contactar con antiguos
compañeros de instituto o dejar primorosamente ordenados los armarios de casa, nos surge una misma pregunta: y vosotros… ¿trabajáis y tenéis hijos pequeños en
edad escolar? Porque si es así... Compartid la fórmula, por favor. #padresconfinados </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-7378918716426905592020-04-19T08:28:00.001-07:002020-05-01T02:42:56.999-07:00Hope<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0smAnwGrbBFOi83MXVsZ4Q9zN0sHiuGWF9RBxz11PgpfJl-qjKY8Z9vsIH88aT6pV8iHMh7sTtxqBb77z9p5KJS8udy9g2e-SSz1d7GjbPyXfUDEOeJlCfN8P5pyBOPqlAvixXcKbIFNa/s1600/WhatsApp+Image+2020-04-19+at+17.24.35.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="629" data-original-width="840" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0smAnwGrbBFOi83MXVsZ4Q9zN0sHiuGWF9RBxz11PgpfJl-qjKY8Z9vsIH88aT6pV8iHMh7sTtxqBb77z9p5KJS8udy9g2e-SSz1d7GjbPyXfUDEOeJlCfN8P5pyBOPqlAvixXcKbIFNa/s320/WhatsApp+Image+2020-04-19+at+17.24.35.jpeg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
En días tan complicados como estos, cobra pleno sentido el
significado de la palabra esperanza. En medio del desastre, de las cifras
mortales, de las distancias impuestas… En plena incertidumbre sobre nuestro
futuro más inmediato, la esperanza y el pensamiento positivo son nuestros
mejores aliados. Tratemos de encontrar pequeñas cosas que nos arranquen la
sonrisa a lo largo del día: conversaciones con familiares y amigos; lecturas y
música que nos inspiren; ficciones y contenidos que nos transporten a mundos mejores; juegos
que podemos compartir con nuestros hijos y nos hagan sentir como niños, al
menos durante un rato… </div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
Agarrémonos con fuerza a los pequeños instantes de felicidad
para avanzar con más ánimo hacia el final del confinamiento. No
dejemos que el miedo y el desaliento se infiltren en nuestras vidas. Sigamos
soñando. Sigamos creyendo en nuestros proyectos, aunque no tengamos una fecha
concreta para realizarlos. Sigamos esperando con ilusión el día en que podamos
volver a abrazar a nuestros seres queridos. Sigamos apreciando el valor de las
peñas cosas. Y, a pesar de las dificultades y de la rigidez de esta situación…
sigamos viviendo con esperanza. </div>
</div>
<br />Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-42675512581813666852020-04-05T11:14:00.002-07:002020-05-01T02:42:38.478-07:00Parejas en tiempos de coronavirus<div style="text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjVribHSNJTvu5aj6blDgidWtJQ_OIHX35qTQocEL4K63jtka9ONZYWVCnK6JKtsN9uM0VuxqHpS4VnYgAywEpuUyP9Yy4LVd5h3bOt1E7miI0PvpX-EapsB0fBexinmg52EJtYtGL-ZQv/s1600/MADRID+20H%252C+OPUS++baja+resolucion.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="524" data-original-width="700" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjVribHSNJTvu5aj6blDgidWtJQ_OIHX35qTQocEL4K63jtka9ONZYWVCnK6JKtsN9uM0VuxqHpS4VnYgAywEpuUyP9Yy4LVd5h3bOt1E7miI0PvpX-EapsB0fBexinmg52EJtYtGL-ZQv/s320/MADRID+20H%252C+OPUS++baja+resolucion.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
Poco se dice de los que acompañan, de los que consuelan, de
los que viven al lado de los que están en primera línea de fuego para salvarnos
de esta epidemia. Ellas y ellos son los que se quedan en casa mientras sus
parejas viven una lucha sin cuartel contra el coronavirus en hospitales, centros
de salud y ambulancias. Mujeres y hombres que asumen en solitario el peso de
sus hogares, hacen malabares con el teletrabajo, preparan comidas, friegan
platos y ayudan a los niños con los deberes mientras pasan el día preocupados por
la salud de sus parejas -en permanente contacto con el virus- y por la de todos
los miembros de la familia, en riesgo también de contagiarse.</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
Son las mujeres y hombres detrás de quienes trabajan para
salvarnos, las personas de las que nadie habla y que, sin embargo, viven esta
cuarentena tratando de aportar equilibrio y paz en medio de la tormenta: las
que cuidan de sus parejas cuando regresan a casa extenuadas y escuchan sus relatos
cargados de problemas y sufrimiento; las que dan el beso de buenas noches a sus
hijos cuando ellos continúan en el trabajo y les aseguran que pronto volverán a
la normalidad; las que tratan de encontrar palabras para aliviar la angustia
del otro, aunque ellos, en solitario, también combaten contra la incertidumbre
y el miedo. </div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
A todos vosotros y vosotras, os mando un mensaje de cariño y
aliento. Mucho ánimo y mucha templanza en estos días tan complicados. Ojalá que esta pesadilla acabe pronto y
comencemos a ver la luz al final de este largo túnel de oscuridad. </div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-23494803022417039272019-07-16T08:07:00.001-07:002019-07-16T08:08:27.575-07:00Be water, my friend<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFuVPmuryUS9kMz1ODXDSld7WLShQrorxZUcmkVsu1ngCDe7Ck13joRMAkixSvIx4rlIUW21YHECDcOx4Rp5zB9rx21ezinc8Lgz6XHg8eW6wFBCk-h5WusHCLSA-bTauFNUpsw8NVq_V-/s1600/mar.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="960" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFuVPmuryUS9kMz1ODXDSld7WLShQrorxZUcmkVsu1ngCDe7Ck13joRMAkixSvIx4rlIUW21YHECDcOx4Rp5zB9rx21ezinc8Lgz6XHg8eW6wFBCk-h5WusHCLSA-bTauFNUpsw8NVq_V-/s320/mar.jpg" width="320" /></a>Pi-pi. Despertador. El sol aún no ha empezado a salir. Cinco
minutos más y al próximo pitido me levanto. Pi-pi-pi. Es la hora. Se acabó la
tregua. Comienza la carrera diaria: aseo-desayuno-niños-colegio-trabajo-vuelta
a casa-baños-cena de niños-cuentos-besos de buenas noches… Un momento: ¿Ya son
las diez y media y todavía no he cenado? Sí. Como pasó ayer. Y antes de ayer. Y
todos estos meses atrás. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La fuerza de las rutinas es tan fuerte que nos pasamos el
día encadenando tareas, solucionando imprevistos, saltando olas. Y cuando acabamos
la jornada estamos tan cansados que lo que más nos apetece es irnos a descansar.
Por eso idealizamos tantos las vacaciones: en medio de la batalla diaria, emergen
como una isla paradisíaca en medio del océano. En nuestra mente se dibujan horas
de sueño, plácidos días de playa, conversaciones distendidas… Aunque después la
realidad se encargue de pinchar la burbuja poniendo colas en las barras de los
chiringuitos, salpicones de arena de alguien que pasa corriendo mientras tomamos
el sol y alguna que otra visita a Urgencias con los niños (no falla).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nos pasamos la vida saltando olas, sí. Por eso conviene
salir de la marea de vez en cuando, tomar oxígeno y contemplar la realidad
desde lejos. Y no solo durante las vacaciones: vale para todo el año. Las obligaciones
y las rutinas siempre estarán ahí, pero no son los únicos elementos que hay en
el paisaje. También hay momentos de diversión en familia, risas, personas extraordinarias,
proyectos nuevos, sitios por descubrir, momentos de ocio… Todo tiene su
espacio, pero hay que saber concedérselo. Descubramos el camino más fácil para
entrar y salir de la marea. <o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Be water, my friend. <o:p></o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-34002685644979297922016-11-20T07:49:00.000-08:002019-07-17T01:28:20.716-07:00Mi niña Daniela<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;">
Llegaste al mundo una noche de
luna llena, tan luminosa y resplandeciente como la que brillaba en el cielo el
día en que papá y yo nos casamos. -“Nos vamos a la sala de dilatación”-,
comentó con una sonrisa el celador encargado de trasladarme en la camilla hacia
el quirófano. Recuerdo con claridad todos los detalles de ese pequeño trayecto:
un pasillo largo por el que desfilaban habitaciones con numeraciones
correlativas; una máquina dispensadora de comida y otra de agua y refrescos; el
control de enfermería, con varias auxiliares dando indicaciones a las personas
que se acercaban al mostrador a preguntar; el pequeño rellano del ascensor, las
puertas metálicas que se abrían, la sensación de estar descendiendo varias
plantas...</div>
<div style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;">
-“Por fin llegó el momento”-,
pensaba emocionada. -“Ahora sí. Esta vez sí”-. Un año y medio después de mi
último ingreso en un hospital volvía a estar en una camilla, volvía a entrar en
un quirófano, pero por un motivo totalmente opuesto: en esta ocasión la vida se
había abierto paso con fuerza creciendo incansablemente día tras día, semana
tras semana, expandiendo generosa su energía y su luz.</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-“Soy Carmina, la matrona. Voy a
acompañarte en el parto. Ánimo, que te queda una larga tarde por delante”-.
Después de ella fueron llegando enfermeras, el anestesista, el ginecólogo.., Y
se cumplió su predicción: la tarde fue larga. Pasaron un par de horas de espera
y dolores, de contracciones cada vez más intensas, de empujar con fuerza,
relajar, coger aire profundamente y empujar más fuerte aún… Hasta que tú
llegaste. </div>
<span style="font-size: 12pt;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" />
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-“Ya está aquí, ya está aquí”-,
anunciaba el doctor. -“¿Quieres ayudar a sacarla?”-, preguntó. Sin dudarlo un
instante me incorporé en la camilla y te cogí suavemente por debajo de tus
brazos. Te atraje hasta mi pecho con la delicadeza de quien sabe que tiene un
tesoro inmenso y enormemente frágil entre las manos. -“Bienvenida al mundo,
Daniela”-, te dije mientras te colocaba sobre mi pecho. -“Te quiero. Te quiero
mucho”-, repetí observando tu carita, tus ojos que comenzaban a abrirse, tu
cuerpecillo menudo que se movía como un pez que acabara de emerger a la
superficie. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Después del esfuerzo del parto,
sentirte tan cerca fue la mejor recompensa. Tus primeros minutos de vida
transcurrieron en mi regazo, unidas aún las dos por el cordón umbilical. Papá,
que estuvo conmigo todo el tiempo acompañándome y dándome ánimos, nos observaba
con emoción y ternura. -“Bienvenida al mundo y a nuestra familia. Te estábamos
esperando”-, te decía mientras te acariciaba la cara. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace tres años y medio, un 12 de
mayo, volví a nacer con la llegada de Valeria. Años después, el 20 de octubre,
sentí que volvía a nacer contigo, Daniela, un día especial y mágico que
recordaré mientras viva. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es cierto que la maternidad te
convierte en una persona mejor: te agranda el corazón, el entendimiento y la
conciencia. Cada día que pasa me doy cuenta de la suerte que he tenido de tener
unas hijas como vosotras. Y ahí estaré siempre, caminando a vuestro lado para
cuidaros, aconsejaros, acompañaros, quereros… Ahí estará siempre. Hasta mi
último aliento. Hasta el infinito con mis niñas Valeria y Daniela. </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-8253365566240135052015-06-19T05:34:00.004-07:002015-06-19T05:50:10.260-07:00Sin perder la perspectiva<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Hay algo que no me cuadra en el debate social que se está
generando en los últimos días: la pérdida absoluta de perspectiva de lo que es
correcto o incorrecto en las acciones de nuestros gestores públicos. Leo
críticas enconadas y enardecidas defensas que están claramente condicionadas
por un único factor: si el protagonista de un hecho reprobable es o no afín a las
ideas políticas de quienes las escriben. </span><br />
<span style="font-family: Calibri;"><o:p></o:p></span> </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Estamos de acuerdo en que hay matices y grados. Que no son
comparables delitos con faltas. Pero estamos en todo nuestro derecho de exigir
a los políticos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de cualquier signo e
ideología, eficacia en la gestión, honradez y respeto a las leyes. Y cualquier
cosa que contravenga estos principios está sencillamente fuera de lugar.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Trabajo y transparencia, sí. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Negligencia y “postureo”, no. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-48276438924128934062014-07-02T10:35:00.000-07:002014-07-02T10:43:00.490-07:00Tan a gusto<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJobwMHSaFWWn_PVBRUss-LhfxmJqxamJnA4BdcvTSFsPXk9vJkc9xEZGhClLMnci_t-k6UNnvxHDIPS8oyDO_gIKlKPjn0DM1VvGvqAap2Y7WoyZ24Iz8fKfLJ_OtJJoR4le9iQhTlz7h/s1600/Foto-Los-pies-en-verano.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJobwMHSaFWWn_PVBRUss-LhfxmJqxamJnA4BdcvTSFsPXk9vJkc9xEZGhClLMnci_t-k6UNnvxHDIPS8oyDO_gIKlKPjn0DM1VvGvqAap2Y7WoyZ24Iz8fKfLJ_OtJJoR4le9iQhTlz7h/s1600/Foto-Los-pies-en-verano.jpg" height="149" width="200" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJobwMHSaFWWn_PVBRUss-LhfxmJqxamJnA4BdcvTSFsPXk9vJkc9xEZGhClLMnci_t-k6UNnvxHDIPS8oyDO_gIKlKPjn0DM1VvGvqAap2Y7WoyZ24Iz8fKfLJ_OtJJoR4le9iQhTlz7h/s1600/Foto-Los-pies-en-verano.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a><span style="font-family: Calibri;">Termino de leer una revista femenina que adelanta apetecibles
planes de vacaciones, costosos estilismos y sofisticadas dietas y ejercicios
para lucir un cuerpo perfecto durante el verano. </span><span style="font-family: Calibri;">Precisamente es ese adjetivo -“perfecto”- , uno de los más recurrentes en
la mayoría de los reportajes. La perfección parece ser la finalidad oculta
detrás de tanto esfuerzo de energía, tiempo y recursos económicos. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">A estas alturas de mi vida ya he comprobado que la
perfección no es sinónimo de felicidad, sino de insatisfacción. Pretender abarcarlo
todo con la máxima eficacia es una tarea agotadora e inalcanzable. Así que,
después de este rato de lectura, ya sé lo que no voy a hacer en verano: cursos
de submarinismo, bikram yoga, ni esquí acuático; tampoco voy a comprarme un
vestido de Gucci ni un bolso de Prada; por supuesto que no voy a contabilizar
las calorías de cada alimento. Y sí, voy a disfrutar a tope de la familia, del
buen tiempo y de la playa; voy a comer helados y no me privaré de unas tapas
con tinto con limón. Renuncio a estar perfecta. Aspiro a estar a gusto. ¡¡¡Feliz
verano a todos!!!<o:p></o:p></span></div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-81004724130456310232014-05-18T10:05:00.001-07:002014-06-02T08:02:17.934-07:00#Que alguien me lo explique<div style="text-align: justify;">
Leo con verdadero estupor las declaraciones de la autora de
un asesinato que no sólo no se arrepiente del atentado que acaba de cometer,
sino que se jacta de ello y justifica su crimen porque la víctima, según su
desquiciado criterio, “se lo merecía”. Con el mismo estupor e incredulidad leo
también comentarios en redes sociales disculpando a la asesina y señalando como
posibles atenuantes la crispación social, las barreras entre el pueblo y la
clase política, la indignación, los efectos trágicos de la crisis…</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<o:p> </o:p>¿Creerse víctima de una injusticia justifica que alguien
acabe con la vida de una persona? ¿La indignación actúa como una carta blanca
en nuestra sociedad? Porque si es así, nadie está libre de recibir el ataque de
otro que se sienta perjudicado por su actitud. Un jefe autoritario, un familiar
molesto, un vecino ruidoso, un compañero de trabajo cotilla, un amigo que
comete una traición… ¿Para qué tenemos unos derechos y un sistema judicial?
¿Vivimos en una sociedad civilizada o en una auténtica jungla? ¿Los
contenciosos se dirimen en los juzgados o a balazo limpio? ¿Quiénes son
nuestros héroes: los asesinos o quienes contribuyen a crear una sociedad mejor?
No perdamos el norte: la vida es el bien más preciado que tenemos. Y
afortunadamente, vivimos en un país en el que nadie tiene derecho de acabar con
ella. </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-32984670340697998442014-04-21T08:54:00.001-07:002014-04-22T03:19:15.105-07:00Regreso<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjouUmwL0ZbFw68btnInTC2nPNzUb4k9QcTcb9FZatPhe0s0ZfxwEWwVH68NF596tDJdZ07oOnjf6yTeLxLhUvbrv1ezyOCyNClZLRPay4pQZ0kGQ87OGljv0NJ1y_jUHJ3UYhFaigxKa57/s640/blogger-image-360506752.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjouUmwL0ZbFw68btnInTC2nPNzUb4k9QcTcb9FZatPhe0s0ZfxwEWwVH68NF596tDJdZ07oOnjf6yTeLxLhUvbrv1ezyOCyNClZLRPay4pQZ0kGQ87OGljv0NJ1y_jUHJ3UYhFaigxKa57/s200/blogger-image-360506752.jpg" width="150" /></a>Vuelta a casa. Tren. Gotas de lluvia en los cristales. </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-60276713764768493542014-02-26T09:07:00.000-08:002014-04-03T08:23:39.811-07:00Dedicado a Yolanda<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3wRV4SM7b1Bz50wz3UotvhGx40ph9kjFT0j7b1t8lVHWd-lmW5Tt_QYRtdHTH2EjyUBmJNtFTqlbpLgvbp0rJJEeHPkCziZdu2aLJJnJQ1Ks7GFLAEevfMMXDL2NGE5w3q7Xb6F2PL0KQ/s1600/venezuela-sos-620.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3wRV4SM7b1Bz50wz3UotvhGx40ph9kjFT0j7b1t8lVHWd-lmW5Tt_QYRtdHTH2EjyUBmJNtFTqlbpLgvbp0rJJEeHPkCziZdu2aLJJnJQ1Ks7GFLAEevfMMXDL2NGE5w3q7Xb6F2PL0KQ/s1600/venezuela-sos-620.jpg" height="154" width="320" /></span></a><span style="font-family: inherit;"><em><strong>“Parece que a nadie le importa lo que ocurre en Venezuela”</strong></em>,
reflexiona una amiga venezolana después de haber dado un vistazo a los últimos
tuits que aparecían en la pantalla de su ordenador. Durante estos días he sido
testigo de su preocupación, de la
angustia con la que ha esperado las llamadas de sus familiares para comprobar
que están bien, de su necesidad de saber y contar lo que está pasando. He leído
sus mensajes de denuncia en Facebook, la he visto fabricar su pancarta para
acudir a una concentración pacífica…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Y aunque a ella no le parezca suficiente,
sé que está haciendo todo lo que está en su mano desde este rincón del mundo.
Valoro y admiro su esfuerzo por intentar que las cosas cambien, de sumar su voz
a las de tantos compatriotas que están clamando justicia y libertad. De no dejar
que la lejanía se transforme en indiferencia. De participar a miles de
kilómetros de distancia. De no cansarse. De estar, a pesar de todos los obstáculos. De luchar. De soñar con una realidad mejor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sí nos importa lo que ocurre en Venezuela. </span><br />
<o:p></o:p><span style="font-family: inherit;"> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sí nos importa lo que te ocurre.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Estamos contigo, compañera. Amiga. AMIGA.</span><span style="font-family: Calibri;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"></span> </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-44098736224780830312014-01-19T10:17:00.001-08:002014-01-19T10:43:22.333-08:00Hermanos<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="//www.youtube.com/embed/qY-d46-gPMI" width="480"></iframe><br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
Tienen muy pocas horas en este mundo. Apenas pueden abrir los ojos y demuestran la indefensión propia de quienes acaban de llegar a un territorio desconocido, luminoso, con ruidos y seres extraños que no son capaces de identificar. Son pequeños, frágiles y vulnerables, pero entre ambos movilizan una fuerza arrolladora. Entre los dos hay un vínculo poderoso que les une a su experiencia previa en el vientre materno. Un testigo que le ha acompañado desde su primer latido de vida, una presencia con la que han ido creciendo, transformándose, convirtiéndose en lo que son ahora. Un compañero de viaje, un cómplice, un amigo leal: un hermano.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<o:p> </o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
El cariño y la naturalidad con la que estos gemelos recién nacidos se abrazan mientras toman su primer baño hacen que la palabra “hermano” tome todo su sentido. No creo que sea casualidad que se hayan convertido en uno de los temas más comentados en redes sociales durante este fin de semana. Estas imágenes tienen algo que nos atrapan: nos llevan atrás en el tiempo y nos hacen revivir nuestras propias experiencias familiares, nuestros primeros cumpleaños, nuestros juegos infantiles, nuestras primeras lecciones en la escuela. Y en muchos casos, también hemos tenido un cómplice, un hermano o una hermana con la que hemos compartido millones de historias. Ojalá nunca perdamos la cercanía y espontaneidad de estos gemelos. No dejemos que se interpongan los años, las diferencias o la falta de comunicación. Recordemos siempre el calor y el afecto de nuestros primeros abrazos. </div>
<br />
<br />Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-31392491695751632252013-08-22T01:47:00.000-07:002013-08-22T01:50:22.821-07:00Y llegó Valeria<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibj472l372PPi3jjvknKQmn0456KtE1wjYeIWUGUV1lGqAW0YEEAq06vjAx_53o3CkG-xk-qHX5YNz35ggIP0jekAq_zLqrU_Cln44qq7wXOVPVrEjNNV4DNN4Up-uTwdYH_w5q4R-V8fk/s1600/bebe055xp8.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibj472l372PPi3jjvknKQmn0456KtE1wjYeIWUGUV1lGqAW0YEEAq06vjAx_53o3CkG-xk-qHX5YNz35ggIP0jekAq_zLqrU_Cln44qq7wXOVPVrEjNNV4DNN4Up-uTwdYH_w5q4R-V8fk/s200/bebe055xp8.jpg" width="150" /></a>Hay momentos que cambian nuestra
vida para siempre. Instantes en los que nos sentimos impulsados con fuerza
hacia delante y transformamos nuestra forma de ver y estar en el mundo, como si
entrásemos de repente en un territorio más amplio, con más sensaciones y significados.
Segundos de una lucidez extrema para identificar que estamos viviendo una
experiencia única, que quedará grabada para siempre en nuestro corazón y nuestra
memoria. Esa fue lo que ocurrió el 12 de mayo de 2013. El día en que tú
llegaste al mundo, Valeria. El mismo día en el que yo volví a nacer.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Tu venida empezó a presagiarse
temprano esa mañana de domingo, cuando los quioscos vendían los primeros
periódicos y las cafeterías sacaban su primera hornada de churros. Las
enfermeras me recomendaron pasear un poco por el pasillo del hospital, que fui
recorriendo arriba y abajo mientras el dolor se hacía cada vez más intenso y yo
trataba de entretenerme observando a la gente que entraba alegremente en las
habitaciones llevando ramos de flores a las madres y cestos con osos de
peluches (azules o rosas) a los bebés. Puesto de enfermería, seis habitaciones,
sillas para amortiguar la espera, ventanales amplios por donde entraba la luz
generosa del jardín… Memoricé con precisión el itinerario hasta que las
enfermeras cambiaron mi recorrido: había llegado el momento de bajar a la sala
de partos.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
La primera sensación que tuve al
entrar en la sala fue un frío inmenso. -<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Tengo mucho frío, ¿podría traerme una
sábana, por favor?”-,</i></b> pregunté a la matrona-sargento que me atendió en
el parto.<br />
<br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">-“Aquí no importa si tienes frío. Lo único que importa es que
empujes”-,</i></b> me dijo con tono áspero. Si la matrona-sargento hubiera
nacido en Cincinnati en vez de en Madrid hubiera ido uniformada con camisa
blanca y gafas de aviador y se dedicaría a convertir a jóvenes blandengues en
aguerridos marines a base de tandas centenarias de flexiones y abdominales. El
destino, sin embargo, la colocó en un hospital madrileño, donde se había
aplicado en vociferar sus instrucciones a madres que debían de parecerles
absolutamente pusilánimes. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">-“¡¡¡¡Que empujes más fuerte!!!!”-,</i></b>
gritaba mientras se disponía a lanzarse con el codo sobre mi vientre con la
misma fuerza de un luchador de sumo sobre el tatami. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">-“Así no hay manera”-,</i></b> se
lamentaba mientras yo empujaba con todas mis fuerzas. <br />
<br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">-“Venga, que lo estás haciendo
muy bien”-,</i></b> comentaba la doctora para compensar la antipatía de su
ayudante. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">-“Ánimo, campeona”-,</i></b> decía papá consciente de las dificultades.
A lo largo de la vida te encontrarás con muchas personas así: unas serán
insensibles a tu sufrimiento y sólo les preocupará conseguir el objetivo que
les relaciona contigo; otras, sin embargo, te acompañarán en los momentos más
delicados y te ofrecerán su ayuda y comprensión.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
El parto es como un túnel largo y
oscuro que se atraviesa a tientas, a base de dolores que conducen con pasos
dificultosos hasta la luz. En esa larga carrera de fondo estaban papá, la
doctora, la matrona-sargento, el anestesista… Pero fundamentalmente estábamos
tú y yo haciendo un esfuerzo tremendo para que pudieras salir al mundo. Cuando
por fin te tuve en mis brazos, nada de lo que estaba sucediendo alredor me
importaba. Ni la escueta despedida de la matrona-sargento, que salió rauda y
veloz hacia el comedor, ni los puntos de sutura que realizaba la doctora, ni
los movimientos rápidos del personal por el quirófano. Tan sólo quería que se
te pasara el disgusto que te hacía llorar tan fuerte y poder recrearme en
descubrir cómo era tu rostro después de tantos meses de haberlo imaginado. De
camino a la habitación, donde nos esperaba emocionada e impaciente la abuela
Carmina, supe que mi vida había cambiado para siempre. Subida en la camilla
contigo en brazos, atravesé feliz los pasillos del hospital con la convicción
de que había nacido de nuevo ese domingo de mayo. Había sucedido algo
maravilloso. Mi niña Valeria había llegado al mundo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-33964394412293206812013-05-02T13:20:00.000-07:002013-05-02T13:21:10.574-07:00Escultura entre los árboles<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDagXzPDzihxvmDrWQQ3uyW9cWB8PNcRvYlglkjxmID08paAop9hKGKe2Y_00dWyUM2VwDjH71H9gL_yQWl5oxd6QgxzX3SopkiTap1uKDnonc7oKSWR-wuW6Aj0lhhiHcBQzFjrzbgYSW/s1600/ESCULTURA.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDagXzPDzihxvmDrWQQ3uyW9cWB8PNcRvYlglkjxmID08paAop9hKGKe2Y_00dWyUM2VwDjH71H9gL_yQWl5oxd6QgxzX3SopkiTap1uKDnonc7oKSWR-wuW6Aj0lhhiHcBQzFjrzbgYSW/s320/ESCULTURA.JPG" width="240" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
Los huecos entre los árboles son
grandes mirillas para divisar el paisaje oculto detrás de las ramas. Las formas se intuyen y se confunden, obligando al espectador a fijar su atención más allá de primeros planos cerrados, casi herméticos. Paseando por el parque, me pareció
que esta escultura se alzaba como un árbol más: silenciosa, resistente al frío y
a la lluvia, rompiendo el horizonte como una lanza blanca. </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-32877818548247083342013-05-02T12:17:00.000-07:002013-05-02T12:21:46.472-07:00Gotas de lluvia sobre las hojas<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLX1nuTT7Stmn2Bs5D2ZPiQ7C29RkQi89oIEu2OTY8AlCsM6svXYHDAI9rZdx4YIvodfTbm9dLb1OSPBRV3sSvALgndgF_SFCX-L9Xgl5dfP2eqQqJA20TqOic3EfKG2WadIAthq-y-L-p/s1600/GOTAS+DE+LLUVIA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLX1nuTT7Stmn2Bs5D2ZPiQ7C29RkQi89oIEu2OTY8AlCsM6svXYHDAI9rZdx4YIvodfTbm9dLb1OSPBRV3sSvALgndgF_SFCX-L9Xgl5dfP2eqQqJA20TqOic3EfKG2WadIAthq-y-L-p/s320/GOTAS+DE+LLUVIA.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
La Naturaleza siempre deja sus
huellas: arena removida después de un vendaval; capas de escarcha blanca durante
un día de nieve; o gotas de lluvia sobre las hojas tras el final de
una tormenta. Tomé esta instantánea a finales de abril, cuando la primavera se
empeñaba en esconderse en las varillas de los paraguas y en el forro de plumas
de los abrigos. Las hojas de un árbol grande parecían manos que sostenían
pequeñas perlas de agua. Me acordé del título de la novela de Kawabata:
“Historias en la palma de la mano”. O en la palma verde de las hojas. Una
buena fotografía siempre contiene una historia. </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-832183315571474412013-04-16T04:56:00.000-07:002013-04-16T04:56:00.754-07:00EscritorCarpintero de palabras, constructor de historias. Voz que se alza entre la multidud.Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-38044488710120892572013-03-10T12:34:00.000-07:002013-03-10T12:34:30.217-07:00Plan B. O Plan C, D, E, F… hasta que alguno funcione<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBscbH59UrsdvLdJCG-DBzCksLs4VuFJqoQaAWGQGtZCKVpMInwY3fF3g8-0S-dB5jzYfC9ahApWOEm_Qp3MZFJt39qQPCisw8UVikFBpv-jWFpfmajLA6NzwAZlDa4C34Nb9WpwizPYgt/s1600/3406095605_b54ed6dd85_z.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBscbH59UrsdvLdJCG-DBzCksLs4VuFJqoQaAWGQGtZCKVpMInwY3fF3g8-0S-dB5jzYfC9ahApWOEm_Qp3MZFJt39qQPCisw8UVikFBpv-jWFpfmajLA6NzwAZlDa4C34Nb9WpwizPYgt/s320/3406095605_b54ed6dd85_z.jpg" width="320" /></a><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“He valorado todas las opciones y, después de muchas vueltas, he tomado
una decisión: me voy a Inglaterra”. </i></b>Por unos segundos nos quedamos en
silencio mirándonos a los ojos. Yo, tratando de asimilar lo más rápido posible
la noticia; mi amigo, con una buena dosis de expectación tras haberme confiado
un proyecto fraguado largas horas en solitario, tras búsquedas de trabajo
infructuosas y un buen número de puertas cerradas a su alrededor. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“¿Tú también me vas a decir que estoy loco?”</i></b>, bromea mientras
apura un sorbo de una cerveza cuya espuma cae deprisa por los bordes, con la
misma velocidad que los ahorros de su cuenta corriente. El encabezamiento de su
pregunta, ese amargo<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> “¿Tú también…?”</i></b>, me hace pensar en los familiares y amigos que
han tratado de disuadirle. Esta vez soy yo la que empuña el vaso alargado de
Coca-Cola para postergar unos segundos mi respuesta, mientras el cubito de
hielo y el trozo de limón llegan a mis labios como dedos invisibles que me
recomiendan silenciar la parte más compleja de su empresa. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
Sé por experiencia propia las dificultades que entraña
empezar de cero en otra ciudad, aunque hay casos mucho más cómodos que otros:
no es lo mismo llegar a otro lugar en tu mismo país cuando estás soltero, eres
estudiante o recién licenciado, cuentas con el apoyo económico de tus padres y no
tienes ningún compromiso a tus espaldas, que trasladarse a otro país con un
idioma diferente, escasos recursos, la urgencia de encontrar un trabajo que, mejor
o peor, te permita vivir en un piso compartido con cerca de 40 años y la
necesidad de volver a reunirte lo antes posible con una pareja que se queda a
la espera de tus logros.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“No, ni mucho menos pienso que estás loco. Creo que eres bastante
valiente”.</i></b> Mi respuesta dispersa de un manotazo sus temores y se lanza
a contarme los detalles de su plan: ya ha concertado entrevistas con varias
agencias de contratación de empleo, ha encontrado una habitación en un piso
compartido y ha contactado a través de Facebook con un amigo del instituto que
está viviendo en Londres para amortiguar la soledad de los primeros días. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Estoy
dispuesto a trabajar en lo que sea: en tiendas, en cocinas, en hoteles… Lo
importante es volver a tener un sueldo”.</i></b> Mi amigo no tiene una carrera
universitaria: tiene dos. Pero está dispuesto a fregar platos si con eso puede
hacer frente a sus gastos. En el último año no ha tenido ninguna oportunidad,
pero está empeñado en crearla transitando caminos que nunca había pensado
recorrer. Ha sido capaz de poner en marcha un Plan B y le sobran valor y ganas
para inventarse un Plan C, D, E, F… hasta que alguno funcione. Espero que la
vida le recompense pronto su esfuerzo. Good luck, my friend. Buena suerte,
compañero. Sin duda alguna, la mereces. </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-60309104639897843282012-11-12T00:49:00.001-08:002012-11-12T00:49:36.520-08:00Tiempos difíciles<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOr70OBtQc7T_tcVifIxDi2Oo6Ui9LVgaltTY6yhi-pmVnRpJ4rBPDdHav7mheANhyphenhyphenLITxXBkHugIpEUlnkcHWEKbhqTmzmhSQ94S5aNz8odjfLBiIE8mNxijTCcBTjJtWoHa3AIPn0LCh/s1600/tormenta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOr70OBtQc7T_tcVifIxDi2Oo6Ui9LVgaltTY6yhi-pmVnRpJ4rBPDdHav7mheANhyphenhyphenLITxXBkHugIpEUlnkcHWEKbhqTmzmhSQ94S5aNz8odjfLBiIE8mNxijTCcBTjJtWoHa3AIPn0LCh/s200/tormenta.jpg" width="200" /></a>Con fuerza y en plena cara. Un
golpe contundente y a cámara lenta, como en los planos más emotivos de las
películas donde la suerte del protagonista se dirime sobre un ring de boxeo, en un
asalto que le pilla desprevenido, con la guardia baja y sin tiempo de reaccionar.
Al suelo y K.O. Sonido de campana y fin de la partida. Demasiado fuerte.
Demasiado directo. Un golpe demoledor.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<o:p> </o:p>Leo las últimas noticias y veo
entre líneas esas caras golpeadas: desempleados, propietarios a punto de sufrir
un desahucio, personas que se enfrentan a una pérdida dolorosa… Caras que
acaban de recibir un golpe y tratan de mirar a los lados para ver a dónde
pueden agarrarse y volver a ponerse en pie. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<o:p> </o:p>No siempre experimentamos lo que
merecemos: hay etapas muy duras, donde los obstáculos se empeñan en hacernos el
camino especialmente complicado. La vida da y quita. Cuando menos lo esperas,
en lo que menos esperas. La ruleta de la Fortuna gira de la misma forma
caprichosa para todos: hoy es el vecino y mañana podemos ser nosotros los que estemos
en dificultades. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
Siempre he pensado que el mejor
bálsamo para un golpe es una mano extendida. Los malos momentos solo pueden
superarse en compañía y con la ayuda de otros: la soledad debilita a quien la
padece y tiñe la visión de gris. Después de recibir un golpe hay que buscar el
impulso de quienes nos quieren y están dispuestos a acudir en nuestra ayuda.
Cuando la tormenta arrecia, hay que cogerse fuerte de las manos. </div>
Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-3677892129583587172012-06-25T00:39:00.000-07:002012-06-25T00:39:02.219-07:00Escrito en el respaldo de un sillón de autobús<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH8CbSWI0LazZw3S8mmL1f-ObvuNeIlrG6lNdwEBJlmXpCVx5NLGY9Y05wZN36ul0Zd6Qp2arHCDTnchsN_KbDW2nkmd1vXJGOhjzQspEOmRtceGjj4Mefqfz7s5aeNQNBjKqYCNg2r6Yb/s1600/BODA+ROBERTA+094.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH8CbSWI0LazZw3S8mmL1f-ObvuNeIlrG6lNdwEBJlmXpCVx5NLGY9Y05wZN36ul0Zd6Qp2arHCDTnchsN_KbDW2nkmd1vXJGOhjzQspEOmRtceGjj4Mefqfz7s5aeNQNBjKqYCNg2r6Yb/s320/BODA+ROBERTA+094.JPG" width="240" /></a>Siempre me ha llamado la atención
las palabras e inscripciones escritas furtivamente en los bancos de las plazas,
en los troncos de los árboles y en lugares insospechados de ciertos espacios
públicos. Dejando a un lado los mensajes-protesta o los que hacen alarde de la
potencialidad de ciertas partes del cuerpo (con números de teléfono móvil
incluidos, un clásico de las puertas de los aseos públicos), me resulta curioso
descubrir la fuerza que desprenden las palabras escritas a corazón abierto, en un
momento de pasión y vulnerabilidad.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
Me pasó hace unos días cuando
viajaba en un autobús público de Palermo. Nos dirigíamos hacia el Palacio Real,
un edificio que alberga una de las joyas mejor custodiadas de la ciudad: la
capilla Palatina. Mientras observaba las fachadas de las iglesias, los escaparates
de las tiendas y las entradas angostas de las calles que íbamos dejando atrás,
me tropecé con esta frase escrita en uno de los sillones del autobús: “La mia
felicità dipende da te” (“Mi felicidad depende de ti”). Imaginé al posible
autor de la frase y me solidaricé con su grito completamente entregado, síntoma
inequívoco de un incipiente primer amor, con su oleaje violento de sentimientos
y deseos. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
Dice un proverbio árabe que hay
tres cosas imposibles de esconder: el dinero, el amor y un hombre montado en un
camello. El amor delata a quien lo siente. El brillo en la mirada, la sonrisa
permanente en el rostro o la frase escrita en el sillón de un autobús. El amor
habla por sí solo. Deberíamos escucharle con más frecuencia. </div>Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-51554116141317578322012-05-16T00:54:00.000-07:002012-05-16T00:54:01.240-07:00Películas que dejan una sonrisa<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6rhdnMv5JFIswAYwIOX6FaJOAJuUscwvZQ7ZDvhyphenhyphennUHJiJzLckAQ7AUaCrhEwzNiXgQnr4eY-XYmRVeKGpHWuKYTTSRr2vjZzvptr8SQ8shlSXKSJcWv9XXOjsWpLkfbeCjXDBO9EZsx1/s1600/Copia+de+poster+hotel+marigold.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6rhdnMv5JFIswAYwIOX6FaJOAJuUscwvZQ7ZDvhyphenhyphennUHJiJzLckAQ7AUaCrhEwzNiXgQnr4eY-XYmRVeKGpHWuKYTTSRr2vjZzvptr8SQ8shlSXKSJcWv9XXOjsWpLkfbeCjXDBO9EZsx1/s320/Copia+de+poster+hotel+marigold.jpg" width="217" /></a><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Al final todo sale bien. Y si no
sale bien, es que entonces no era el final”</i></b>. Intuyo que una gran parte
de los espectadores de la película “Exótico Hotel Marigold” recordaban esta
frase cuando terminó la proyección de la película, se encendieron las luces de
la sala y se dirigieron sonrientes hacia la salida mientras sus siluetas
recortaban los títulos de crédito de la pantalla. Esta frase, repetida en
varias ocasiones a lo largo del largometraje, no era sólo el lema vital de uno
de los personajes principales (interpretado por Dev Patel, protagonista de
“Slumdog Millionaire”), sino el hilo conductor de todas las tramas. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p> </o:p></i></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Al final todo sale bien”</i></b>
es una frase que solemos decir cuando el inicio o el desarrollo de un proyecto
nos está resultando incómodo o nos está creando problemas inesperados. Las dos
primeras palabras, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Al final”</i></b>, nos hacen intuir la luz en la desembocadura de un
túnel, un brote de esperanza que se divisa desde un punto de oscuridad. Y eso
es precisamente lo que le ocurre a los personajes centrales de “Exótico Hotel
Marigold”, un grupo de jubilados que viaja a la India con la expectativa de un
reposo confortable y sosegado y se topa de bruces con una situación incómoda y
decadente: el hotel donde planeaban pasar su retiro es un establecimiento casi
en ruinas regentado por un joven cuya ilusión por sacarlo adelante es
igualmente proporcional a su inexperiencia y su falta de recursos.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
A este inconveniente inicial, se
suman los conflictos personales que cada uno tiene que intentar resolver:
decidir acabar con una relación agotada; encontrar un trabajo a la edad en que
todos se jubilan; saldar una deuda del pasado; buscar una compañía con la que
pasar el resto de sus días; romper con prejuicios raciales, aprender a
gestionar un negocio... Y aquí es donde surge otra reflexión interesante que
plantea la película: hasta qué punto cambiar radicalmente de ambiente nos hace
ver la realidad de otra forma y nos empuja a tomar decisiones que en un entorno
cotidiano y seguro nunca hubiéramos adoptado. El caos y la espontaneidad de la
India y las experiencias de sus compañeros les llevan a descubrir nuevas
posibilidades y a cruzar puertas que en otras circunstancias no se hubieran
atrevido a abrir. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<o:p> </o:p><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Al final todo sale bien. Y si no
sale bien, es que entonces no era el final”</i></b>. En esta época de
dificultades, el Arte en sus distintas manifestaciones es más necesario que
nunca. Necesitamos despegarnos de lo cotidiano, descubrir nuevos horizontes,
sentir otras sensaciones y, sobre todo, llegar a la misma conclusión que los
protagonistas del “Exótico Hotel Marigold”: por pequeña y lejana que sea,
existe una luz al final del túnel.</div>Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-59773115797172125332012-05-07T23:57:00.000-07:002012-05-08T00:00:52.597-07:00ProyectoSueño con planes y plazos de ejecución.Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-10646611289991191672012-03-26T12:15:00.006-07:002012-04-18T10:54:12.878-07:00Con permiso de Chavela<div style="text-align: justify;">Me tropecé con el tweet de Chavela Vargas el sábado por la noche, mientras leía con rapidez mensajes de 140 caracteres que hablaban de propuestas de ocio para el fin de semana, de la inminencia de las elecciones en Andalucía y Asturias y del estado de ánimo de los usuarios, que bromeaban distendidamente sobre todo tipo de asuntos. Chavela, desde su<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>perfil sonriente en sepia, con camisa blanca y pañuelo rojo anudado al cuello, ponía voz profunda y sonido de guitarra a través de un único mensaje. Tan sólo un artista puede decir mucho con muy pocas palabras. -“El amor es un paso. El adiós es otro…y ambos deben ser firmes, nada es para siempre en la vida”-, comentaba en su tweet. <br />
<br />
Amar y despedirse. Vivir intensamente con alguien y morir para alguien. Nacer, morir y renacer. Tiene razón Chavela. Nada es para siempre o, al menos, nada es para siempre de la misma forma. Todo cambia. Todos cambiamos. Pero me resisto a recrearme en la melancolía. Hay algo que siempre perdura: los buenos recuerdos, las huellas imborrables de esos amores y de esas experiencias que se perdieron o, simplemente, se transformaron en otra cosa. Los recuerdos están ahí, en algún lugar secreto de nuestra memoria, esperando una señal que les traiga a la superficie: una canción, la página doblada de un libro, el bolígrafo sin tinta de un hotel o la fotografía que suprimimos de un álbum y años después aparece en el fondo de un cajón porque en su momento, a pesar del desamor o la decepción, nos resistimos a deshacernos de ella.</div>Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-71892695847221528692012-03-04T11:31:00.002-08:002012-03-04T11:55:38.062-08:00La fuerza de una imagen<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlhIQ7h2gZ0M-kvUWEVezROk11FrBpPxYgZwTG_emuJOVomVVIRt6JP3y3XYUAFU-E3w2pDlZT3pOYKhvKmrJthyphenhyphenQB-p_C3DkHkS8ezFxqEKBfpx80X9OSbAYtXjdy69b0jgilT_AmQzxY/s1600/LEWIS+HINE+MAPFRE+2.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlhIQ7h2gZ0M-kvUWEVezROk11FrBpPxYgZwTG_emuJOVomVVIRt6JP3y3XYUAFU-E3w2pDlZT3pOYKhvKmrJthyphenhyphenQB-p_C3DkHkS8ezFxqEKBfpx80X9OSbAYtXjdy69b0jgilT_AmQzxY/s320/LEWIS+HINE+MAPFRE+2.JPG" width="320" /></a>Enseñó al mundo las caras tiznadas de carbón de los niños mineros, las miradas inseguras de los inmigrantes polacos que llegaban a Ellis Island con maletas atadas con cuerdas y las hileras de ropa tendidas al sol de los barrios desfavorecidos de Manhattan a principios del siglo XX. Sus imágenes suenan a sirenas de barco, a palabras pronunciadas en un inglés con acento extranjero, a máquinas accionadas por niños que no tienen más remedio que trabajar. En las fotografías de Lewis Hine hay páginas llenas de historias, ambientes cargados de sensaciones, sabores, olores. Ruido. Inquietud. Conciencia de que los episodios que rescata no deberían haber pasado nunca, conciencia y denuncia del sufrimiento ajeno. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">El poder del artista es tremendo: su mano invisible atrapa al espectador y le introduce en el escenario de cada fotografía. ¿Cómo empezarías una nueva vida en otro país con poco dinero y sin conocer el idioma? ¿Qué sentirías al ver a tu hijo descalzo vendiendo periódicos por la calle? ¿Cómo soportarías el frío de un invierno en Nueva York en un cuarto sin calefacción y las paredes desconchadas por la humedad? La fuerza extraordinaria del arte es su capacidad para generar sentimientos y preguntas en los espectadores, un doble objetivo que se cumple en la colección de fotografías de Lewis Hine que la Fundación Mapfre expone hasta el próximo 29 de abril. Si no tienes oportunidad de visitar la muestra, te sugiero que busques sus obras en Internet. Sus fotos son retazos de historias vibrantes y extraordinariamente humanas.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div>Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7131128766894103345.post-51678347719861181662011-12-31T12:00:00.001-08:002012-03-04T11:50:14.582-08:00Desde el chiringuito<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-VzIExp8K3aU/Tv7qITwuQWI/AAAAAAAAAKk/VvKP0qL1A14/s1600/fani+003.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="318" src="http://4.bp.blogspot.com/-VzIExp8K3aU/Tv7qITwuQWI/AAAAAAAAAKk/VvKP0qL1A14/s320/fani+003.JPG" width="320" /></a>Escribo estas líneas desde mi ordenador portátil, sentada en un merendero. En el horizonte, unas cuantas palmeras, varias sombrillas de paja y un mar tranquilo y plomizo, silencioso a su llegada a la orilla. El sol brilla con timidez e intenta buscar los huecos que van dejando las nubes. Un grupo de gaviotas atraviesa el cielo con prisa, perfectamente alineadas, chillándose unas a otras con su particular sistema de palabras indescifrables. A mi derecha, las risas cada vez más cercanas de una niña llegan alegres hasta mi mesa, desde donde la veo deslizarse sobre unos patines rosas (¿regalo de Papá Noel?) mientras un perrillo blanco la sigue jadeando y dando brincos. </div><br />
<div style="text-align: justify;"><o:p> </o:p>-“¿Desea alguna cosa más?”-, me pregunta un camarero al observar que mi vaso se ha quedado vacío de Coca-Cola, con un hielo medio derretido y solitario. De vez en cuando, un ciclista pasa fugazmente moviendo con fuerza los pedales de su bicicleta. -“Barato”-, me comenta un chico negro con la esperanza de venderme uno de los relojes<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que saca de su mochila. A mi izquierda, en el espigón, dos señores mayores despliegan sus cañas de pescar, dos lanzas de plástico trazando líneas sobre el horizonte. </div><br />
<div style="text-align: justify;"><o:p> </o:p>Mientras escribo, me doy cuenta de que hay una facultad que aflora cuando tenemos tiempo: la capacidad de observar, la oportunidad de convertirnos en espectadores sin que el entorno espere ninguna respuesta por nuestra parte. La ausencia de valoraciones y juicios aporta una paz infinita. </div><br />
<div style="text-align: justify;"><o:p> Tiempo</o:p>. Relax. Vacaciones.</div>Estefaníahttp://www.blogger.com/profile/05334989675488821219noreply@blogger.com2