Pequeños adultos
“¿Por qué?”. La reacción es unánime en todas las personas que conocen la noticia. Silencio. Pesar. Unos segundos de reflexión y la misma pregunta -¿por qué?- tratando de encontrar una explicación al comportamiento de una niña francesa de 10 años que hace pocos días terminó con su vida saltando al vacío desde la terraza de su casa. Resulta difícil imaginar cómo una niña en edad de juegos, aprendizaje y diversión tomara una decisión de adulta desesperada y abrumada por los acontecimientos. Cada vez los niños son niños por menos tiempo, en parte por el ritmo enloquecido que les imponemos los mayores. Hace poco leí que una de las frases que escuchan con más frecuencia los críos es “date prisa”. Date prisa para terminar el desayuno porque tengo que llevarte al cole y salir corriendo al trabajo. Date prisa para llegar a tiempo a la clase que toca esta tarde, una distinta para cada día de la semana -ballet, música, judo, natación e inglés-. Date prisa para hacer los deberes. Date prisa para t