Pequeños adultos

“¿Por qué?”. La reacción es unánime en todas las personas que conocen la noticia. Silencio. Pesar. Unos segundos de reflexión y la misma pregunta -¿por qué?- tratando de encontrar una explicación al comportamiento de una niña francesa de 10 años que hace pocos días terminó con su vida saltando al vacío desde la terraza de su casa.

Resulta difícil imaginar cómo una niña en edad de juegos, aprendizaje y diversión tomara una decisión de adulta desesperada y abrumada por los acontecimientos. Cada vez los niños son niños por menos tiempo, en parte por el ritmo enloquecido que les imponemos los mayores. Hace poco leí que una de las frases que escuchan con más frecuencia los críos es “date prisa”. Date prisa para terminar el desayuno porque tengo que llevarte al cole y salir corriendo al trabajo. Date prisa para llegar a tiempo a la clase que toca esta tarde, una distinta para cada día de la semana -ballet, música, judo, natación e inglés-. Date prisa para hacer los deberes. Date prisa para terminar la cena. Date prisa para irte a dormir…

La vida de muchos niños es una carrera constante sin señales reconocibles en el camino, un esfuerzo permanente que puede resultar muy frustrante si aún no tienen la edad suficiente para asumir ni comprender las exigencias de los adultos, que con frecuencia les instamos a que se valgan por sí mismos y asuman responsabilidades de una forma demasiado prematura.

Dejemos que los niños disfruten de su infancia, que jueguen, fantaseen y vivan experiencias propias de su edad sin sobrecargarles de tareas ni exponerles a situaciones de estrés que podríamos evitar con un poco más de paciencia o una mejor organización por nuestra parte.

No hay que tener prisa para dejar de ser niños, al contrario: hay que tomarse el tiempo necesario para acceder al mundo de los adultos. Una vez que estás dentro de él, ya no hay posibilidad de escapatoria.

Comentarios

  1. ESTARIA BIEN QUE NUESTROS NIÑOS CRECIERAN EN LA TOLERANCIA Y EN LA SERENIDAD.ELLOS SON EL FUTURO.

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  2. es verdad que los niños pasan de una etapa a otra, sin darsen cuenta, es tanto el acelere en la actualidad, que no se dan cuenta a que horas se convirtieron en adultos amargados.

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