El árbol de la vida
Sucedió cuando sólo habían trascurrido 20 minutos desde el inicio de la película: las luces de algunos dispositivos móviles comenzaron a encenderse. Sus dueños comentaban sus impresiones en alguna red social, respondían mensajes o comprobaban los minutos que faltaban para el fin de la proyección. No había pasado mucho tiempo, pero habían dejado de prestar toda su atención a la historia que se desarrollaba en la pantalla. Poco a poco, el sentimiento se fue extendiendo a un número cada vez mayor de espectadores. Algunos se cambiaban de postura en los asientos y otros entornaban los ojos con la sucesión de imágenes oníricas que a cada rato interrumpían la narración para reflejar simbólicamente los sentimientos de los personajes: algas en pausado movimiento, animales marinos transportándose en el mar, masas de fuego en colisión… “El árbol de la vida” es una película difícil: la historia es interesante, el trabajo actoral es muy bueno y la belleza visual y sonora, innegable. El escollo de