Amor bajo sospecha

Las diferencias parecen enemigas del amor. En el cliché de pareja ideal que todos hemos asumido hay semejanzas en el grado de atractivo, nivel socioeconómico, estado civil, cultura, religión, raza y edad. La fuerza de este estereotipo es tan aplastante que cae como una losa sobre las parejas donde hay algún tipo de desigualdad. Lo distinto parece sospechoso y la sociedad, los amigos y el entorno más inmediato se encargan de recordarlo cada cierto tiempo con comentarios repletos de temores y prejuicios: el divorciado ha fracasado en su anterior relación y ha “cazado” al soltero, que podría encontrar a alguien sin un pasado difícil a sus espaldas; el joven está con alguien mayor por su dinero o porque le recuerda a una figura paterna y la única motivación del mayor es el sexo; el negro ha dado un salto social uniéndose al blanco, pero le abandonará en cuanto haya alcanzado un cierto estatus, porque le “tira” la gente de su raza; el universitario acabará aburriéndose de un compañero sin estudios, porque no podrán compartir intereses comunes y no encajarán en sus respectivos círculos de amigos; el musulmán acabará imponiendo su religión y, si hay un divorcio, tratará de quedarse con la custodia de los hijos e incluso podría volver a su país de origen…

Los prejuicios son demoledores: presuponen intenciones, predicen comportamientos e inoculan dudas en las parejas.  Dictan sentencia y rompen demasiadas ilusiones. Los prejuicios -no las diferencias- sí son enemigos para el amor. Las diferencias requieren mayor flexibilidad por ambas partes, pero no son obstáculos insalvables. Las estadísticas no funcionan para las relaciones: lo que le sirve a una es inútil para otra. Lo verdaderamente peligroso para una pareja no es la desigualdad en alguna faceta, sino la ausencia de sentimientos y de generosidad para procurar la felicidad del otro. En el amor no hay garantías ni seguros: hay que arriesgarse a vivirlo.

Comentarios

  1. Gracias Estefania por seguir observando y reflexionando sobre estos temas tan universales.

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