Películas que dejan una sonrisa
“Al final todo sale bien. Y si no
sale bien, es que entonces no era el final”. Intuyo que una gran parte
de los espectadores de la película “Exótico Hotel Marigold” recordaban esta
frase cuando terminó la proyección de la película, se encendieron las luces de
la sala y se dirigieron sonrientes hacia la salida mientras sus siluetas
recortaban los títulos de crédito de la pantalla. Esta frase, repetida en
varias ocasiones a lo largo del largometraje, no era sólo el lema vital de uno
de los personajes principales (interpretado por Dev Patel, protagonista de
“Slumdog Millionaire”), sino el hilo conductor de todas las tramas.
A este inconveniente inicial, se
suman los conflictos personales que cada uno tiene que intentar resolver:
decidir acabar con una relación agotada; encontrar un trabajo a la edad en que
todos se jubilan; saldar una deuda del pasado; buscar una compañía con la que
pasar el resto de sus días; romper con prejuicios raciales, aprender a
gestionar un negocio... Y aquí es donde surge otra reflexión interesante que
plantea la película: hasta qué punto cambiar radicalmente de ambiente nos hace
ver la realidad de otra forma y nos empuja a tomar decisiones que en un entorno
cotidiano y seguro nunca hubiéramos adoptado. El caos y la espontaneidad de la
India y las experiencias de sus compañeros les llevan a descubrir nuevas
posibilidades y a cruzar puertas que en otras circunstancias no se hubieran
atrevido a abrir.
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