Simplificar = ganar calidad de vida

No tenía la misma sensación desde Navidad, cuando la búsqueda de regalos se convirtió en una maratón por los centros comerciales durante los días previos a las fiestas. Algo parecido me pasó el Sábado Santo: quería encontrar un obsequio especial para una prima que hacía la comunión y, aunque había visto en la primera tienda un regalo que me parecía apropiado, me recorrí todo las tiendas del centro con la esperanza de localizar un objeto que le hiciera realmente ilusión. Después de casi tres horas dando vueltas, de preguntas a dependientes y apertura y cierre de paraguas cada vez que salía o entraba de un establecimiento, volví al punto de partida y me decanté por la opción inicial que había visto. De camino a casa, cansada y un poco decepcionada, me preguntaba si realmente habría acertado con mi elección.

Llegó el sábado de la comunión y el día fue emocionante para todos. Ella estaba radiante con su vestido blanco y contagiaba alegría en cada momento: cuando saludaba a la familia, en los juegos que compartía con los otros niños, cada vez que quitaba el envoltorio y descubría un nuevo regalo… Vivía cada momento intensamente, como si estuviera en un parque temático y no parara de divertirse y sorprenderse con cada atracción. Todo lo que pasó ese día fue especial para ella, desde lo más sencillo hasta lo más sofisticado. Los niños tienen esa capacidad: disfrutan al máximo con lo que tienen a su alcance y no ponen tantos condicionantes a la ilusión y la felicidad como hacemos los adultos.

Por eso quizás al final de la tarde terminaron jugando y riéndose a carcajada limpia con unos globos, aunque en una esquina de la sala se amontonaban decenas de regalos. Lo importante era pasarlo bien y compartirlo con quienes estaban alrededor y los globos servían perfectamente para eso. Hasta cierta edad, simplificamos la vida de forma natural y totalmente espontánea. Transcurridos unos años, adquirimos una habilidad asombrosa para complicarla y ponernos obstáculos inútiles en el camino. Simplificar es ganar calidad de vida en tiempo y energía para disfrutar de los momentos que realmente merecen la pena.

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