Be water, my friend


Pi-pi. Despertador. El sol aún no ha empezado a salir. Cinco minutos más y al próximo pitido me levanto. Pi-pi-pi. Es la hora. Se acabó la tregua. Comienza la carrera diaria: aseo-desayuno-niños-colegio-trabajo-vuelta a casa-baños-cena de niños-cuentos-besos de buenas noches… Un momento: ¿Ya son las diez y media y todavía no he cenado? Sí. Como pasó ayer. Y antes de ayer. Y todos estos meses atrás.

La fuerza de las rutinas es tan fuerte que nos pasamos el día encadenando tareas, solucionando imprevistos, saltando olas. Y cuando acabamos la jornada estamos tan cansados que lo que más nos apetece es irnos a descansar. Por eso idealizamos tantos las vacaciones: en medio de la batalla diaria, emergen como una isla paradisíaca en medio del océano. En nuestra mente se dibujan horas de sueño, plácidos días de playa, conversaciones distendidas… Aunque después la realidad se encargue de pinchar la burbuja poniendo colas en las barras de los chiringuitos, salpicones de arena de alguien que pasa corriendo mientras tomamos el sol y alguna que otra visita a Urgencias con los niños (no falla).

Nos pasamos la vida saltando olas, sí. Por eso conviene salir de la marea de vez en cuando, tomar oxígeno y contemplar la realidad desde lejos. Y no solo durante las vacaciones: vale para todo el año. Las obligaciones y las rutinas siempre estarán ahí, pero no son los únicos elementos que hay en el paisaje. También hay momentos de diversión en familia, risas, personas extraordinarias, proyectos nuevos, sitios por descubrir, momentos de ocio… Todo tiene su espacio, pero hay que saber concedérselo. Descubramos el camino más fácil para entrar y salir de la marea.

Be water, my friend.

Comentarios

  1. Mejor descripción imposible!!! Mucho talento en este post!!

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena por el escrito. Dejar de saltar las olas de vez en cuando y entrar y salir del agua! Que imagen más bonita para la vida. Gracias Estefanía. Jazmín

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Y llegó Valeria

La magia del momento

Padres-orquesta en tiempos de confinamiento