Mancha de tinta sobre fondo blanco
Recorro en taxi las calles de Barcelona. El conductor ha verificado la dirección de mi cita en el GPS y me ha confirmado que nos quedan 25 minutos de trayecto. Al parecer, el comercial que organizó mi viaje no introdujo la información completa y reservó un hotel cerca de la calle Dante, en el sur de la ciudad, creyendo que se trataba de la calle Dante Alighieri, situada en la zona norte. Suspiro profundamente, mando un sms para prevenir a las personas que me esperan que voy a retrasarme y contesto con monosílabos al conductor del taxi, empeñado en hacerme todo tipo de preguntas indiscretas -de dónde vengo, por qué visito la ciudad, en qué sector trabajo…- para darme conversación. Mientras tanto, observo con admiración la arquitectura exquisita de los edificios de Barcelona, el paseo embelesado de los turistas y la mezcla de nacionalidades -una mujer india con sari, varios occidentales y un chico de color- que esperan la llegada de un autobús de línea. La vida está llena de imprevistos ...